Por una paternidad responsable

¿Qué significa ser padre? Cuando la pregunta la hacemos a la inversa – qué significa ser madre – nos vienen enseguida a la cabeza muchas ideas: una persona buena, entregada, que prima a sus hijxs por encima de todo, incluso de sí misma… Estemos o no de acuerdo con esas afirmaciones, esa es exactamente la idea que nos venden de la maternidad, toda mujer que no se ajuste a eso puede ser muchas cosas, pero no una buena madre.

Sin embargo, al pensar en la paternidad la cosa no está tan clara. Mientras que la maternidad es concebida como – casi – una obligación de toda mujer, en los hombres es más arbitrario. Para empezar, ellos tienen más libertad para tomar la decisión de ser o no padres sin enfrentarse a ser juzgados por ello. Para continuar, al igual que la decisión, las líneas que definen a un buen o mal padre tampoco están claramente definidas. En principio, a un padre se le exige que esté y que mantenga económicamente.

Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, una empresa de anticoceptivos femeninos difundió un vídeo en el que felicitaban a los hombres porque «por fin pueden hacer las mismas cosas que las mujeres» y decían: «ahora pueden llorar, ver telenovelas, ser enfermeros, pagar solo la mitad de la cena, dedicar su vida a otro hombre, cambiar pañales y atarle el pelo a sus hijas, y por fin podemos elegir juntos cuándo queremos ser padres».

La masculinidad tradicional es incompatible con el ejercicio de una paternidad responsable.  Entendiendo «paternidad responsable» como aquella que se basa en el cuidado de los hijxs en los mismos términos que las mujeres, reparto equitativo de tareas, etc. Cuando un hombre comienza a ejercer su paternidad de forma responsable, está, dándose o no cuenta, renunciando una serie de privilegios adquiridos por herencia cultural y otrogados por la gracia de Dios (un dios masculino y patriarcal).

Pedir que los hombres ejerzan una paternidad responsable desde el plano de la masculinidad tradicional es un sin sentido. La masculinidad tradicional-patriarcal-individualista es incompatible con el cuidado.

Replantearse los privilegios, aun cuando no somos conscientes de estár haciéndolo, es el primer paso para caminar hacia esa idea de paternidad responsable, en la que hombres y mujeres puedan participar del cuidado de sus hijxs en los mismos términos y condiciones. Todo ello conlleva una pérdida de privilegios – llegar a casa y sentarme en el sofá mientras mi pareja duerme a lxs niñxs – y una ganancia: ser libre de expresarme, de sentir, de dejar de lado el traje de superhéroe y la cara de póker, poder besar, abrazar y llorar con mis hijxs… y decirles que les quiero sin sentirme avergonzado, sin sentir que soy un poco menos hombre.

¡Feliz día padres responsables!

Padre con niño a los hombros en la manifestación contra de la reforma de la ley del aborto en Madrid 8F

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