Hombres en espacios feministas, ¿sí o no?

El debate sobre la aceptación o no de hombres en los espacios feministas y cómo deben éstos comportarse en dichos entornos sigue estando abierta y a ratos resulta verdaramente preocupante. Desde hace un par de meses asisto cada quince días a una asamblea feminista en mi barrio, una asamblea formada en su totalidad por mujeres de diversas edades, donde hablamos de nosotras, de nuestras experiencias y, más concretamente, de las medidas que se podrían adoptar para hacer de nuestro barrio un lugar con perspectiva de género: desde la organización de las calles (cuestas y ascensores para carritos), cuidado y atención (centros para mayores accesibles), seguridad o prostitución, entre muchos otros.

Manifestación por la despenalización del aborto en 2014
Manifestación por la despenalización del aborto en 2014

El primer día que asistí a la asamblea no éramos solo mujeres, había, concretamente, cinco hombres. Y a mí, para ser sincera, me parecía perfecto ya que siempre he considerado que el feminismo debe de incluir necesariamente a los hombres y que éstos quieran integrarse en espacios feministas es una estupenda señal. Lo que ocurrió fue algo que no había previsto, aunque muchas de mis compañeras sí: tras una hora de reunión tan solo habían hablado dos de esos hombres y habían marcado los temas de los que íbamos a hablar. ¿Lo hicieron de forma consciente? Seguramente no. ¿Fueron con el propósito de monopolizar la conversación? Tampoco. ¿Se sentían comprometidos con la igualdad y el feminismo? Probablemente. ¿Qué pasaba entonces?

En esta asamblea, las mujeres sintieron que se les estaba arrebatando su espacio, que una vez más eran hombres los que estaban marcando la agenda y el itinerario y sobre unos temas que las concernía sobre todo a ellas. En un intento de ser agradables y complacientes (como somos las mujeres) una a una fuimos explicando cómo nos habíamos sentido y por qué pensábamos que ellos debían o no debían asisitir a estos actos. La mayoría lo respetaron (no sabemos si lo entendieron) pero uno de ellos se sintió especialmente ofendido y atacado y se marchó de la asamblea sin entender muy bien lo que acababa de pasar.

GanemosfeminismosLo que pasaba es algo muy sencillo: ninguno de esos hombres pretendía monopolizar el acto, ninguno de ellos se consideraba un «machista opresor» que había salido de su casa para vigilar » a ver qué hacen estas mujeres solas», pero la realidad es que los hombres llevan siglos de entrenamiento en desenvolverse en el espacio público, los espacios de reunión han sido suyos, la palabra ha sido suya y de forma consciente o inconsicente se sienten más seguros a la hora de levantar su voz. Lo que pasaba es que eran ellas las que tenían ganas de hablar, de discutir y de plantear sus vivencias y experiencias sin prisas, sin agobios, sin una agenda por marcar, sin una agenda masculina.

Hace tiempo lei un post que trataba este mismo tema y en él la autora explicaba que los hombres que acuden a espacios feministas deben estar dispuestos a callar y escuchar, antes de lanzarse a hablar. Ser feminista es una oportunidad estupenda para deconstruirse, en todos los terrenos, en el social, en el personal, en el sexual. En todos. Dejar de mirarse al ombligo y hacerse preguntas: ¿por qué pienso eso? ¿De dónde vienen esos pensamientos? ¿Por qué esta persona reacciona así?

Si yo fuera a una reunión de afectados de un terremoto, ¿qué haría? ¿Sería la primera en hablar, en dar mi opinión? ¿O escucharía qué tienen que decir las personas que han sufrido dicha catástrofe en primera persona para después yo aportar lo que esté de mi mano?

¿Tienen que asistir los hombres a los espacios feministas? Mi opinión es que sí. El feminismo necesita a los hombres porque sin ellos no podemos realizar ningún cambio efectivo y porque ellos, nuestros compañeros de lucha, tienen que entender nuestras reivindicaciones para poder acompañarnos. No podemos apalear al primer hombre que decide entrar a entererase de qué está pasando porque no conozca el «código de conducta», no podemos señalar al primer hombre que se atreve a entrar en nuestras reuniones, se trata precisamente de eso, de crear espacios de educación y de aprendizaje en el que todos y todas nos sintamos cómodas para hablar y plantear temas, teniendo siempre en cuenta de dónde venimos: de una sociedad patriarcal y machista que nos ha inculcado unos valores y unas formas de actuar de las que es difícil deshacerse. Y vosotros, hombres que podáis leerme: acompañadnos, estad ahí, aprended junto a nosotras y como decía la compañera, antes de hablar, escuchad.

 Y vosotrxs qué pensáis: Hombres en espacios feministas, ¿sí o no? ¿Y de qué forma?

6 comentarios en “Hombres en espacios feministas, ¿sí o no?”

  1. Por supuesto que sí. ¿dónde está la igualdad si ellos no pueden estar?
    En la sociedad vivimos hombres y mujeres juntos. No podemos separarnos y menos en un espacio que buscar la igualdad de género.

  2. Pienso exactamente igual que tú. Hombres en espacios feministas sí, pero siempre escuchando antes de hablar y proponer. Considero que es fundamental escuchar antes de hablar sobre un tema que, aunque estés muy bien informado, nunca lo hayas vivido en tu propia piel como es aquí el caso

    1. Podrías estar cometiendo la falacia de la experiencia, es decir, creer que por considerarte originaria o practicante por un tiempo prologando eso te faculta de mejor manera sobre un tema que algún otro que tal vez no tiene la experiencia directa. Lo cual en mi opinión, se encuentra contrapuesto a la manera de abordad la realidad del feminismo, en cuanto a exigir su presencia en escenarios de los cuales habían sido sistemáticamente desincorporadas.
      Considero que hay una cuestión de planificación y dilucidación de objetivos de las reuniones o lo que sea, a través de los cuales poder llevar la dinámica de la reunión. Y no sólo los aspectos de género explican lo que ocurre, temas de clase, de grupo etaria, de grupo formativo, también pueden definir que alguien monopolice el turno de habla.
      La sola pregunta, me parece totalmente contrapuesta a los fines del feminismo y es normal que un hombre se sienta ofendido ante esto (los hombres también se ofenden y no por una cuestión de género). ¿Acaso un hombre no puede tener buenas ideas sobre cómo desarrollar el feminismo? eso es igual que suponer desde un punto de vista machista que la mujer no puede jugar fútbol o no sabe de política.

  3. En nuestra actualidad un Hombre no puede meterse en cosas de Mujeres, pero las Mujeres si pueden meterse en cosas de Hombres, lis Hombres hoy en día ya no tenemos espacio estamos perdiendo en cambio estas mujeres lo tienen casi todo de que se quejan..y así se quejan de que lis hombres somos machistas cuando estas mujeres de ahora son mas machistas cínicas…

  4. En nuestra actualidad un Hombre no puede meterse en concersaciones de Mujeres, pero las Mujeres si pueden meterse en conversaciones de Hombres, los Hombres de hoy en día ya no tenemos espacio estamos perdiendo nuestro espacio, en cambio estas mujeres lo tienen casi todo de que se quejan..y así se quejan de que los hombres somos machistas cuando estas mujeres de ahora son mas machistas cínicas…

  5. En nuestra actualidad un Hombre no puede meterse en conversaciones de Mujeres, pero las Mujeres si pueden meterse en conversaciones de Hombres, los Hombres de hoy en día ya no tenemos espacio estamos perdiendo nuestro espacio, en cambio estas mujeres lo tienen casi todo de que se quejan..y así se quejan de que los hombres somos machistas cuando estas mujeres de ahora son mas machistas cínicas…

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