Perder la virginidad

‘Me levanté temprano aquella mañana, estaba nerviosa, sabía que iba a ser una noche especial, llevaba puesto mi mini-vestido-morado-escotado y unos tacones de 20cm de alto, mis braguitas de encaje negro y ese sujetador tan mono que había comprado la semana pasada. El pelo tal cual, alborotado y los labios con un ligero toque carmín, sin exagerar, tampoco quería exagerar. Habíamos quedado a las 10 en su casa, estaba solo, cena ligera a la luz de las velas, miradas provocativas de un lado a otro de la mesa, sus dedos jugando entre mis muslos. No llegamos al postre. Sus labios besaron los míos, suave, violento, salvaje, suave, y bajaron por mi cuello, y mis pechos y mi ombligo. Un escalofrío. Nos desnudamos el uno al otro, observando cada pliegue de nuestra piel. Risas, gemidos y algún que otro ‘oh dios mío’, vaya, cogió un condón y le sentí entrar, primero despacio y luego, poco a poco, un poco más rápido. Profanamos cada rincón de la casa, cada esquina, cada llano y montaña. Oh dios mío. Frío, calor, placer, rabia, más, más, más, y dejé de ser virgen’. 

1426300_602743439774635_1964886814_n¿Cuándo se pierde la virginidad? ¿Cuál es el límite para decir que has dejado de ser virgen? ¿Quizás una paja? ¿Una felación? ¿Cuándo te penetran o penetras? ¿Y si no te penetran o penetras no es sexo? ¿No pierdes nunca la virginidad? Nuestro concepto tradicional-patriarcal-machista-falocentrista de virginidad dicta que la virginidad se pierde cuando penetras y/o te penetran. Además, en nuestro mundo patriarcal-machista el concepto de virginidad es sumamente importante, para unas, es un momento especial que reservar a alguien especial y para otros, un trofeo (en Camboya los hombres llegan a pagar 5.000 doláres por acostarse con una chica virgen) y algo que perder cuanto antes y con quien sea.

Las mujeres tenemos ‘una flor’ que cuidar entre nuestras piernas, y solo debemos entregársela a nuestro príncipe (nunca princesa) azul. Por eso, se nos desalienta desde jovencitas a tener sexo. El sexo es algo sucio y feo, algo cuyo fin último es la reproducción y nunca jamás de los jamases el placer. El sexo es algo peligroso: te puedes quedar embarazada y contraer cientos de enfermedades. Además, si pierdes tu virginidad con la persona inadecuada te harán daño, lo recordarás siempre y te marcará de por vida. Y desde luego,  la primera vez duele y sangras y uf, mejor dejarlo para más adelante no vayas a convertirte en una guarra-puta-promiscua. Mejor ser una niña ‘de bien’.

¿Y los hombres? También deben cuidar su… digamos… ¿zanahoria? ¿Calabacín? No sé qué metáfora es la más adecuada… ¿Deben esperar a su princesa rosa? ¿Deben evitar el sexo a toda costa porque si tienen una mala experiencia les marcará de por vida y se arrepentirán para siempre de haber hecho semejante barbarie? Sencillamente no. ‘El concepto de virginidad surgió para controlar el cuerpo de la mujer y para garantizar que la descendencia es «realmente» del primer varón que tiene relaciones con la mujer virgen’, explica el antropólogo Oscar Guasch.

Bpyul44CIAEJMAGNuestro concepto de virginidad nos oprime, no nos permite vivir nuestra sexualidad en libertad y elegir cuándo, cómo y con quién queremos tener sexo. Soy de las que piensan que a las niñas y niños se les debe educar en el respeto a lxs demás, enseñarles a entender su sexualidad, comprender los riesgos que conllevan las relaciones sexuales, ser responsables y actuar con cabeza, pero también, enseñarles que el sexo es natural, bueno y placentero. Que mamá y papá follan, que lxs vecinxs probablemente follan, que las chicas pueden follar con chicas y los chicos con chicos y que la primera vez que se tiene sexo no es ‘esemomentoquetemarcarádeporvidayparasiempre’ solo una experiencia más, una experiencia que probablemente no será la mejor y que nos servirá para aprender poco a poco.

Creo en la educación sexual como base para construir personas sanas con relaciones sanas.  Las niñas no deben ser criadas para temer al sexo, al igual que los niños no deben ser criados para utilizar a las mujeres cuando a ellos se les antoje. Rompamos poco a poco con este concepto opresor de virginidad e intentemos sacar del imaginario colectivo la idea de que la virginidad de las mujeres es un trofeo, un tesoro del que ellas no pueden disponer cuando y como quieran. Eliminemos un concepto que a día de hoy sigue justificando la opresión y el tráfico de niñas y mujeres. Un concepto que además, discrimina a todas las personas que viven su sexualidad fuera de la normatividad falocentrista y patriarcal y que no permite que las mujeres vivamos y experimentemos con nuestros cuerpos como deseemos.

Las mujeres pensamos en sexo y nos gusta follar, con hombres o con mujeres, o con ambos. Supérenlo.

Imágenes: Raquel Quiroga/Tumbrl

2 comentarios en “Perder la virginidad”

  1. Muy bien! Pero fíjate lo que cuesta quitar el barniz del cerebro: donde dices «la primera vez que se tiene sexo» (entiendo que te refieres a penetración, porque es lo que comúnmente se entiende por primera vez) debería poner coito, ya que para la mayor parte de gente la primera vez que se mantienen relaciones sexuales con otra persona son de otro tipo, y son también sexo!

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