¿Qué cambiarías de tu cuerpo si pudieses? Estoy segura que todxs o casi todxs os habréis planteado alguna vez esta cuestión, ¿qué cambiaría yo de mi cuerpo si tuviese una varita mágica? Deseamos ser más bajitxs o más altxs, tener más o menos pecho, que nuestro pelo no se encrespe o que tenga más volumen. Desearíamos ser rubixs o morenxs, que nuestros muslos fuesen menos gruesos o que nuestra espalda fuese un poco más ancha. Nos encantaría hacer desaparecer los michelines y quitarnos esos granos tan molestos.
Es cierto, pasamos mucho tiempo mirándonos al espejo, observándonos, y la mayoría de las veces, somos bastante crueles con nosotrxs mismxs.
Hoy he descubierto un vídeo (lo comparto más abajo) en el que se les pregunta a un grupo de personas adultas qué cambiarían de su cuerpo si pudiesen. Después les formulan la misma cuestión a un grupo de niñxs. Las respuestas de lxs primerxs se parecen mucho a todo eso que he comentado en el párrafo anterior. ¿Y los niñxs? ¿Qué cambiarián ellxs? Fácil: sueñan con tener alas, la boca de un tiburón o unas piernas más largas para ser más rápidxs. No hay complejos. No hay prejuicios.
Y entonces me viene la misma pregunta de siempre a la mente, ¿qué estamos haciendo mal? ¿Qué mundo hemos creado? ¿Por qué crecer y hacerse mayor conlleva hacerse serio, llenarse de complejos y miedos? ¿En qué momento creímos que tener unos pechos más grandes, el pelo más largo o la nariz más fina era mejor que tener alas?
Creo que lo que hay que cambiar son las actitudes. Preguntas como estas nos incitan a pensar que en verdad hay algo que debemos cambiar en nuestro físico. ¿Por qué no podemos dejar de compararnos con los demás? ¿Por qué no nos comparamos en otros campos? ¿Por qué no queremos aprender más? ¿Por qué tenemos que perder la inocencia con cada año que pasa? ¿Por qué tenemos que plantearnos preguntas cada vez más absurdas? ¿Ser más amables con quien tenemos al lado? ¿Por qué tenemos que competir con él? AAAAAAAAARFGH.
Totalmente de acuerdo Elena. Lo ideal sería que no nos tuviésemos que hacer este tipo de preguntas y que si nos preguntáramos qué deseamos cambiar de nuestro cuerpo, la respuesta fuese: nada. O en todo caso, ¡poder volar! jejeje
Muchísimas gracias por comentarme 🙂 🙂