El otro día me encontré con esta imagen recorriendo las redes sociales, denunciando el machismo casposo del sistema de cita previa online de la Comunidad de Madrid, y me eché las manos a la cabeza. Siempre pido cita por internet y, ¡nunca me había fijado! Lo tenemos tan interiorizado que a veces hasta a las que llevamos las gafas se nos pasan estas cosas…
Según el informe «Datos y Cifras del sistema universitario español» referido al curso 2013-2014, el 70,01% de lxs matriculadxs en la rama de Ciencias de la Salud en las universidades españolas fueron mujeres, frente al 29,9% de hombres. Sin embargo, a la Comunidad de Madrid parece importarle poco, es mucho más comodo decantarse por fórmulas tradicionales que nos resultan familiares y todxs reconocemos. Ellos, médicos, doctores, cirujanos… Ellas, enfermeras.
Esto forma parte de ese machismo estructural que se nos cuela sin darnos cuenta, de todas esas pequeñas acciones de nuestro día a día que muchas veces pasan desapercibidas. Y es precisamente en estos pequeños detalles, aparentemente inofensivos, donde se normaliza y pasa a formar parte de nuestro imaginario el machismo más casposo.
A través de imágenes de este tipo, con las que nos topamos cada día una y otra vez, interiorizamos y normalizamos conductas, expresiones, ideas… Ideas como que ellos son los médicos, a pesar de que las aulas de medicina estén llenas de mujeres; o que ellas no conducen bien, a pesar de sufrir menos accidentes que los hombres y los accidentes de éstos ser más graves.