Velocidad

Jueves – 30/04/20

Salgo a comprar. Es curioso como una tarea que en la vida pre-cuarentena no merecía si quiera una mención de pasada, ahora es lo que marca una jornada entera. Voy a comprar y voy en coche por primera vez desde que se inició el estado de alarma. Abro las ventanillas, pongo música y rozo la velocidad máxima permitida de la vía. El viento me da en la cara. Mi cuerpo reconoce esa vieja sensación que siempre le ha resultado tan agradable. La misma que sientes al descender una pendiente corriendo. La que sientes al hacer un sprint. La que sientes cuando el Tornado del Parque de Atracciones termina cada loop. La que sientes cuando pisas el acelerador y las ruedas giran y giran sobre el asfalto. Y es ahí, cuando me muevo a gran velocidad, cuando todo parece detenerse.

Más de Una ventana propia para el fin del mundo

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