Yonkis del amor

«Ojo cuidado con la gente que no se enamora de las personas, sino de enamorarse», escribe la periodista Elena Rue en redes sociales. El día que entendí que no es lo mismo amar a alguien que amar el amor me explotó la cabeza. El amor al amor, o a la imagen de una misma enamorada, es una especie de adicción que se desconoce que se tiene, pues ni siquiera se sabe de su existencia. Cuando se ama amar, la persona elegida como objeto de amor no es determinante, dado que se tiende a distorsionar e idealizar la imagen de esa persona, que tan solo es el vehículo para experimentar el chute, es decir, la jeringuilla.


Sobre el amor al amor, la poeta rusa Marina Tsvietáieva escribió: «La palabra amante aquí y en adelante tiene el sentido amplio, medieval de ‘amant’. Evitando la lengua popular, le devuelvo su sentido primario. El amante es aquel que ama, aquel a través de quien el amor se manifiesta, el conductor del elemento Amor. Tal vez en el mismo lecho, pero tal vez a mil verstas. El amor no como una ‘relación’ sino como un elemento».


A este respecto, su marido Serguei Efrón, que veía la forma de amar de su esposa desde la trinchera, escribió: «Marina es una criatura de pasiones. Mucho más ahora que antes -antes de mi partida-. Lanzarse de cabeza a su propio huracán se ha convertido para ella en una necesidad, en el oxígeno de su vida. Quién sea la causa que desencadene el huracán no importa. Casi siempre todo está construido sobre el autoengaño. Se inventa una persona y comienza el huracán. Si la insignificancia y las limitaciones de quién ha desencadenado el huracán se descubren pronto, Marina se abandona a una tempestuosa desesperación. Y todo esto a pesar de su inteligencia aguda, fría. Las causas desencadenantes de ayer, serán ridiculizadas hoy con ingenio y malicia (casi siempre con razón). Todo termina transcrito en un libro».


La poeta iraní Forugh Farrojazd lo explica así en un poema: «Si hacia ti corrí, de esta manera / es porque estoy enamorada, mas no de ti / Estoy enamorada del amor / En mis noches oscuras, en tinieblas / fantasear con amor me satisface».


Por ultimo, me viene a la mente este fragmento de la autora Brigitte Vasallo: «Yo lo comparo siempre con las drogas recreativas. Sabemos de sus peligros y también de sus virtudes, y sabemos también que la única manera de minimizar peligros para aprovechar las virtudes es la dosis, la mesura. Cuando una droga recreativa toma control de tu vida deja de ser recreativa y pasa a ser otra cosa bastante chunga. De la misma manera, cuando el amor romántico pasa de ser recreativo se convierte en algo bastante chungo y, para nuestra desgracia, tenemos muchas más yonkis del amor disney que del speed entre nuestras filas feministas y empoderadas».

Como conclusión: ni idea de cuál es la cura para esta adicción, pero como siempre dicen «ser conscientes de padecerla es el primer paso». Es decir: consuman cuerpos con moderación.

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