Acto primero:
Un chico va en el tren, en una de las paradas entran un grupo de chicas. El chico se fija en una de ellas. Le atrae. Le gusta. Pero no se atreve a decírselo. Las amigas de la chica se bajan en la siguiente parada y se queda ella sola. Le mira fijamente durante un rato. Cuando llega su parada le hace gestos para que le acompañe pero ella no responde. El chico se va pensando en ella y al día siguiente piensa que puede ser una idea bonita y romántica empapelar la ciudad de carteles en los que describe el fortuito ‘encuentro’ para intentar dar con la chica del vagón. En el cartel describe cómo iba vestida, el pelo de una de sus amigas, en qué parada subieron y en cuál bajaron. También se aventura a adivinar su estado de ánimo, por su cara y gestos él presume que no lo ha pasado bien y dice «me gustaría haber reunido el valor de sacarte del infierno que estabas pasando y alegrarte la noche».
En los días siguientes un gran medio de comunicación recoge la «noticia» bajo el titular «La tierna historia de un joven que se enamoró en el tren» y una marca de cerveza se hace eco también de la historia y les ofrece una cena a ambos si la chica da señales de vida. En otro medio contactan con el chaval y le entrevistan, escriben: «No obstante, ellas se bajaron en la Senda de Granada y la chica se quedó en el tren, sola. Pese a los gestos que el joven le hizo para que bajara con él, ella no reaccionó». Mientras tanto el debate crece en las redes sociales entre quienes piensan que se trata de un bonito gesto, «tierno», como decía el primer titular, y quienes consideran que en realidad estamos frente a un caso de acoso y ningún medio de comunicación, marca o empresa debería romantizar con ello e intentar sacar rédito.
Acto segundo:
Una chica sale a tomar algo con su grupo de amigas. Se lo han pasado bien y ahora se disponen a volver a casa. Entran en el vagón del tren de vuelta y se sientan en los sitios que quedan libres. Una de las chicas nota que hay un chico que las mira. Alerta a las demás amigas, que intentan no prestarle atención y continúan hablando. Varias de las chicas se bajan en una de las paradas. Una de ellas permanece en el vagón. Sigue notando que el chico la mira. No le gusta. Se siente incómoda y se pone seria, rígida. Puede que le dé miedo, sus amigas se han ido y a ella le toca volver a casa sola. Puede que saque el móvil y continúe hablando con sus amigas para sentirse más segura. Por fin el chico se levanta para salir en la siguiente parada. Le hace gestos a la chica para que le acompañe. Por unos segundos se le encoge el estómago, siente un nudo, gira la cabeza y reza para que las puertas se cierren pronto. Instantes que se hacen eternos. Las pocas personas que quedan en el vagón permanecen ajenas a la escena. Suspira de alivio cuando el chico se baja y el tren se pone en marcha. La chica llega a casa. No le cuenta a nadie lo que le ha pasado en el tren porque es algo que probablemente habrá vivido muchísimas más veces. Ser chica, salir con amigas, y volver a casa de noche y sola te expone a situaciones de este tipo. Se va a dormir.
A la mañana siguiente despierta con varios mensajes de whatsapp, una de las amigas con las que salió la pasada noche ha visto un cartel sospechoso pegado en una farola. Está segura de que el texto se refiere a ella. La chica no da crédito. Sus amigas bromean con que debería llamar. Ella no quiere. Dice que ni loca, que no digan nada y lo dejen pasar. Durante los días siguientes la chica camina con cuidado cuando va por la calle, no quiere encontrarse con el chico. Puede que evite coger ese mismo tren a esa misma hora, si el chico ha sido capaz de colgar carteles, quizás también ha pensado esperarla en el mismo lugar. Cambia su rutina por precaución y evita volver de noche a casa. Puede que le pida a sus padres, amigas o familiares que la acompañen o pasen a recoger cuando sale de clase o de trabajar. Vive con miedo durante unos días. Se siente hasta paranoica. Cuando parece que todo está más calmado, varios medios de comunicación se hacen eco de la historia y vuelve a ser comentado por todo el mundo. Dicen que la historia es muy romántica y tierna y que esperan que ella dé el siguiente paso. Algunas amigas le repiten que debería llamar, que la historia podría ser muy bonita, que es como de película. A ella se le encoge el estómago. No sabe por qué pero no le gusta.
Fin.
De estos dos actos tan solo conocemos el primero por el testimonio del protagonista. El acto segundo es todo figurado. Pero podría ser cierto, coma a coma, punto a punto. No me ha costado nada ponerme en el lugar de esa chica, imaginar cómo se pudo sentir, su miedo, ese nudo en el estómago cuando un hombre te interpela, por la noche, en la calle, en el metro, y por un instante dudas de si llegarás sana y salva a casa esa noche. Las piernas contraídas. Las manos que se vuelven gélidas y sudorosas y juegan entre ellas por puro nerviosismo. La mirada fría y distante, perdida, que intenta mostrar que no estás percibiendo lo que ocurre. La mente que se queda en blanco y solo intenta recordar si llevas algo en el bolso que sirva de arma defensiva. El corazón que casi se sale del pecho. Los latidos que resuenan en tus tímpanos. El suspiro de alivio cuando ese hombre desaparece y sientes que todo ha pasado. El temblor posterior por la adrenalina y ansiedad generadas.
Me pregunto si ese hombre, el de la nota, o cualquiera, conoce o le interesa conocer la reacción y el miedo que producen en nosotras con actitudes que ellos consideran inocentes e incluso bonitas. El miedo que generan cuando no son capaces de guardar su ego y aceptar un «no». Actitudes que son aplauidas desde los medios de comunicación más importantes. Me pregunto cómo van a tratar después esos medios los casos de violencia machista. Medios que presumen de promover la igualdad mientras aplauden casos de acoso.
A esos medios, a esas marcas, no les importa lo que tiene que decir esa chica. Su «no», no es válido. En la entrevista a ese medio él reconoce haber interpelado a la chica con sus gestos. Ella no respondió. Es decir, dijo no, con su mirada, con su actitud, con su lenguaje no verbal. Pero a él no le importó. No fue suficiente. Él no podía conformarse, necesitaba insistir. Si después de todo la chica decidiera responder, después del bombardeo incesante, y respondiera cabreada, indignada, harta, le dirían que no sabe valorar un gesto bonito, que es una exagerada.
«Me gustaría haber reunido el valor de sacarte del infierno que estabas pasando y alegrarte la noche», decía el chico en su cartel sin plantearse, ni por un instante, que él era su infierno.
Me gusta tu reflexión Laura. Buen punto de vista
Muchas gracias Aida!! Me alegra que te haya gustado 🙂
Buen resumen si no llega a ser porque me baje en la misma parada que sus amigas, que en ningún momento se dirigieron las palabras unas a las otras, solo iban juntas. La mirada perdida la llevaba desde que se monto en el vagón, ahora es cuando diréis como se que fue el último vagón, en principio nos montamos todos en el mismo vagón.
Se que estaba pasando un mal momento por su mirada perdida y no pretendía hacer ningún daño ni nada, solo que se animara y sonriera porque aprendí que de nada sirve estar triste.
Algunos medios dicen que la acoso, cosa que en ningún momento he hecho, lo primero porque no vivo en la ciudad, lo segundo porque no la sigo ni nada, y lo tercero deje una descripción de ella para que se ponga ella en contacto si lo desea, en ningún momento le obligo a que contacte conmigo, solo intento que sepa que la busco y no va a ser eterno porque va a ser una semana porque me llama muchísima gente, los medios de comunicación que son los que relatan una historia bonita son los únicos que cuentan bien todo después de saberlo todo.
Aunque otros solo se dedican a crear basura sin informarse de nada.
Quizás pienses que de nada sirve estar triste, pero lo cierto es que somos humanos y a veces necesitamos pasar por esos momentos de tristeza. La vida no es de color de rosa y no vivimos en el mundo de la piruleta. A veces las personas necesitan determinados momentos de introspección y de «duelo» sin que nada ni nadie las perturbe, y quizás ese fue uno de esos momentos.
Sospecho que, lejos de la imagen de buen samaritano que pretendes dar, tu principal preocupación no era la de levantarle el ánimo a la chica en cuestión, sino la de ligar con ella. Lo digo porque si me equivoco se de unos cuantos sitios a los que puedes ir e invitar a una cena a determinadas personas que, sin duda, te lo agradecerán infinitamente más que ésta chica.
Supongo que esto funciona así hoy en día. Ves a una persona absorta en sus problemas, te encaprichas de ella, metiéndote en donde no te llaman, y armas la que has armado, sin pensar en las consecuencias que pueda acarrearle a ésta persona y la presión por la que debe estar pasando.
Chico, que quieres que te diga, hay mil maneras más adecuadas y dignas de ligar y de conocer a personas que la que has usado. Vive y deja vivir.
Vamos a ver, chaval, que ya te saco unos añitos y tengo el coño pelado de lidiar con machotes. Yo no voy a ser simpática ni educada ni didáctica, porque veo que sigues en tus trece y te importa una mierda lo que te estén diciendo otros.
Deja de mirarte el falo. Así, sin vaselina y sin gilipolleces.
NO LA CONOCES. NO SABES NADA DE ELLA. Tú no estás enamorado, ni quieres ayudarla, porque me apuesto un gallifante a que si es un señor de 80 años NI LO MIRAS, ni montas el follón que estás montando. Te has encaprichado de ella porque te parece mona, y punto pelota. Lo que pasa es que ella no es un Ferrari que has visto en un escaparate, no es una canción que has escuchado en el autobus y has dicho; Joder, cómo me mola, a ver si consigo el nombre de la canción. Esa chica es UNA PERSONA, un ser humano igual que tú, y merece el mismo respeto que cualquier otro ser humano.
Dices que las chicas iban calladas. Te has planteado que estaban calladas a lo mejor porque te tenían miedo? No, verdad? Eso no se te pasa por la puta cabeza porque tú vives en un mundo donde eres el privilegiado, donde puedes hacer uso de los espacios públicos sin miedo de que el depredador te asalte y te ataque. Sabes cual es nuestra vida diaria? EL MIEDO. Sabes lo que es salir a la calle de noche y no saber si vas a llegar vivo a casa? Que cada vez que sales a la puta calle y es de noche vivas con esa sensación constante de alerta y miedo? Sabes lo que es cruzarte con alguien del sexo opuesto y ponerte tenso? No, verdad? Porque tú eres un hombre y tú no vives con el depredador en casa. Nosotras sí. A nosotras nos violan, nos matan, nos asaltan, nos acosan, nos hacen daño y no hablo de leones ni de lobos. Lo hacen los hombres. Lo hacen los machos de nuestra propia maldita especie. La primera causa de muerte entre mujeres jóvenes son los HOMBRES (datos de la OMS, por si los quieres).
Así que de nuevo te insisto, deja de mirarte la polla y empieza a empatizar un poquito con algo más que con un coño donde mojar el churro, o con una fantástica historia de amor super cutre que te has montado tú solo en la cabeza al más puro estilo de Hollywood. En la vida real las mujeres no nos parecen encantadores que hombres desconocidos empapelen la ciudad con nuestros datos. En el mundo real, y no el mundo de los Greys y los vampiros, las mujeres sentimos MIEDO de actitudes como la tuya. Es más, las mujeres NO QUEREMOS actitudes como la tuya. Creo que si algo nos afecta a las mujeres, deberías empezar a dejar de pensar que el mundo orbita alrededor de tu polla y dejar de cabrearte cada vez que alguien te señala lo negativo de tus acitudes, y empatizar un poquito. Al fin y al cabo, somos nosotras las que vivimos en un cuerpo de mujer, y te estamos diciendo porque algunas llevamos ya varias décadas con este cuerpo, que es posible que ahora mismo esa chica a la que tanto quieres ayudar este ATERRORIZADA. Puede que la hayas jodido de tal manera que haya cambiado todas sus rutinas, porque sí, eso es algo que hacemos, no somos tan gilipollas de arremeter cuernos delante contra algo que nos puede matar. La que lo haga, olé sus ovarios. Otras somos un poquito más cobardes o tenemos más instinto de autopreservación.
Bien, dicho esto te voy a decir otra cosa. NO SOMOS DÉBILES. No te necesitamos para que nos alegres el día. No necesitamos un hombre que nos haga sonreír, somos capaces de hacerlo solitas. No necesitamos que venga un fulano paternalista y condescendiente a sacarnos las castañas del fuego. NO SOMOS NIÑAS PEQUEÑAS. NO NECESITAMOS VUESTRA PROTECCIÓN. Dejad de tratarnos como si fuésemos unas inútiles totales porque no lo somos. Somos perfectamente capaces de gestionar nuestras emociones, y con la mierda que nos habéis echado encima durante miles de años, si no fuésemos capaces la especie ya estaba extinta. Somos capaces de buscar soluciones a nuestros propios problemas. Somos capaces de vivir sin necesidad de estar pegadas al culo de un tío. De verdad, somos seres humanos tan inteligentes como cualquier otro ser humano. Puede que te hayas creído toda la mierda que te cuentan los de Hollywood, pero si te lo estamos diciendo las mujeres, al menos bájate de las alturas de tu ego masculino y haznos un poquito de caso, sí?
Yo no sé lo que estaba pasando esa chica. Tú tampoco. Tú te has montado la película que te ha dado la gana. A lo mejor estaba asustada de ti y por eso tenía esa cara. O a lo mejor tenía sus propias movidas, y a lo mejor le apetecía estar SOLA con sus movidas. Porque sabes? Eso es algo que también hacemos. De vez en cuando nos mola estar solas con nuestras movidas, pensar en ellas, meditarlas, y no queremos que venga un completo desconocido a meter su heteropolla donde no le han llamado. Entiendes?
Para terminar, las mujeres que existimos a tu alrededor no estamos ahí para satisfacer tus necesidades. No somos unos champiñones que existimos para que venga el machote de turno a hacer la colecta. Somos PERSONAS independientes de vosotros. Queremos poder caminar tranquilas por la calle sin que aparezca un tío pensando que somos su muñeca hinchable personal. Queremos montarnos en el transporte público sin que aparezca un tío reduciéndonos a algo más que un mero trozo de carne donde meter la polla. Queremos poder circular por la calle sin que nos consideren recipientes potenciales para vuestro material genético. Queremos que se nos trate como PERSONAS, no como un par de tetas y un coño que existimos para satisfacer al heteromachote.
Así que chaval, si realmente te importa esa PERSONA lo más mínimo, aunque sea porque has empezado a ver más allá de tu capullo y te has dado cuenta de que hay todo un mundo más allá de tu polla, empieza a quitar todos los carteles, pide perdón a la chica en los medios de comunicación, prométele que nunca lo vas a volver a hacer, ni a ella ni a ninguna otra mujer, y cúmplelo. Te garantizo que las mujeres del mundo te lo vamos a agradecer mucho más que si sigues con tu actitud egocéntrica de machito herido porque no le dicen lo que quiere escuchar.
Ya de paso, acércate por algún blog feminista. Quizás te sorprendas de como somos y como pensamos realmente las mujeres, y de a qué nos enfrentamos todos los días.
Otra cosa, chavalote, que se me olvidaba. NO ES NO. Ella no se quiso bajar en tu parada. Ella te giró la cara. Ella se negó a interaccionar contigo. Ella no te ha llamado en una semana. Podrías explicarme de qué manera quieres que te lo deje más claro?
Un NO es un NO, no el principio de una negociación. DÉJALA-EN-PAZ.
Su derecho a la intimidad, a su propio cuerpo, a decidir con quién se acuesta, está POR ENCIMA del hecho que tú quieras conocerla o de que tú quieras mojar el churro. A ver si os entra de una maldita vez en la cabeza, que ni el mundo ni las mujeres existimos para que vosotros seáis felices. Ahora mismo eres el típico pesado de discoteca elevado al exponente de creep de película de terror. El típico pesado que nos hace sentir incómodas, que no acepta un no por respuesta, que una ya no sabe como dejarle más claro que no quiere nada, porque lo que pasa es que os importa una grandísima mierda, lo único que os importa sois vostros, vosotros y por encima de todo vosotros. Eres el pesado que al final nos amarga la noche, que hace que no queramos salir de fiesta, que hace que nos vayamos del local aunque hayamos pagado entrada con tal de que nos dejéis en paz. Sólo que tú no te has quedado dando por culo en la discoteca. Tú has empapelado la maldita ciudad porque no eres capaz de aceptar que ya te ha dicho QUE NO.
Para que decir nada mas si ya lo ha dicho todo Signatus.
Me molesta que lo llameis chico, no es un chico, es un hombre, lo suficientemente adulto para orquestar la mayor campaña de acoso que he visto en mucho tiempo, con la prensa como complice.
p.d: Me encerré en mi mismo, porqué mi propia existencia me daba asco. No ser nada, no tener derecho a expresar nada, no sentir nada. Y a la vez, tras cada mirada intento establecer contacto humano. Quiero que me conozcas porqué necesito que alguien me recoja como la Virgen María a Jesús en la Piedad. Y a la vez tengo pánico de conocerte a ti. A cualquiera. Conocer a un extraño implica darse a conocer. Y yo me encerré en mí mismo porqué me daba asco.
Es un círculo vicioso cuqui, pero que coño, ¿a quién le va importar lo que una persona con pene pueda estar sufriendo?
p.d2: Soy un puto cobarde, por eso ni bebo, ni fumo ni me drogo (mas allá del chocolate y mierdas varias). Si fuera mas valiente haría todo eso. Beber. Fumar. Drogarse. Es lo que hacen los hombres de verdad para seguir tirar adelante.
Eso o el suicidio.
Pero, ¿a quién le importa?
¿A quién le va importar?
LA bida es una mierda y mi anterior mensaje donde exponía exactamente mi día a día no se ha publicado.
Quizás mejor. Quizás dejarlo todo así.
Solo un pequeño detalle: el día que ocurrió esto fue la noche del bando de la huerta, que para los no murcianos, es un día que se celebra en murcia por las fiestas de primavera donde todo el mundo come y se emborracha en la calle, y por lo tanto hay muchas peleas, dramas, etc (en fin las cosas de borrachos pero a gran escala por toda la ciudad). De ahí deduzco que cuando el chico dice que ella no habría pasado una buena noche y estaría pasando un infierno o noseque, sería porque la chica habría tenido la tipica movida y estaría volviendo a casa llorando. Que no intento justificar el comportamiento del chico que es totalmente obsesivo y de acosador, pero no creo que se le ocurriera decir porque sí que la chica estaba pasando un infierno si ella iba tranquilamente a su casa.
EXAGERADOS, sacáis todo de quicio, eso NO es acoso, no veo el maltrato físico ni psicológico, además de que la chica no ha dicho que no, no ha dicho nada, ni puso una foto de ella en el cartel ni nada, por lo que NO es acoso, simplemente es un chico normal al que le pareció una chica especialmente atractiva, se estuvo reconcomiendo mucho la cabeza por no haberse atrevido a decirle nada, e hizo algo para que ella se pudiera poner en contacto por VOLUNTAD PROPIA, y si no, pues se daría a entender que no quiere nada, ya que dudo que no haya llegado esta noticia a sus oídos.
Realmente quien me da pena en este caso es el chico, ya que para nada he visto a nadie que piense «que romántico» si no todo lo contrario, gente diciendo «menudo psicópata, ese tío está mal de la cabeza» cuando no conocéis a las personas, solo conocéis una acción que realmente no es acoso.
Att: un psicólogo
Si tu eres psicólogo yo soy Brad Pitt. Quien te ha dicho que tiene que haber maltrato físico o psicológico para calificar a un acto de acoso?. Te dejo la definición que da la RAE de «Acosar»:
1. tr. Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona.
2. tr. Hacer correr a un caballo.
3. tr. Apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos.
Si lo que ha hecho este hombre, tras la negativa de ella en el tranvía, no se corresponde con esta definición (especialmente la tercera acepción), al menos se le parece, y MUCHO.
Por tanto estamos ante un acoso o «pseudoacoso» si quieres llamarlo, tanto por parte de él, como por parte de los medios que lo están promoviendo
Att: Un astronauta de la NASA
Pues espero que no tengas que tratar a ninguna mujer que haya sufrido una situación similar y acuda a ti en busca de ayuda y comprensión. Él SÍ hizo algo, le hizo gestos para que le acompañara y saliera del metro con él y ella no reaccióno, ergo, dijo NO, sé que a muchos hombres os cuesta entender que eso también significa no. Que pasar de su cara y seguir a lo suyo significa NO. Y ahora medio país la busca y le pide que diga algo porque terceras personas y un tio que no conoce de nada han decidido que la historia es preciosa y debería actuar. Su silencio significa no, nuevamente. EXAGERADOS nos llaman los hombres (casualmente) que viven su día a día y caminan por la calle tranquilamente sin plantearse lo que provocan sus acciones. EXAGERADOS nos llaman los que no tienen ni idea del miedo que pasamos cada vez que un tio decide que le apetece subirse la moral o mojar esa noche. Si eres psicólogo deberías saber que el acoso se puede manfiestar de millones de formas, con un papelito en el que te llaman puta, con un grito desde un coche valorando tu aspecto, con comentarios de un grupo de machotes que desde la acera de enfrente te dicen lo que les parece el tamaño de tu falda… ninguno de ellos saben y les importa una mierda cómo hacen sentir a esa chica, porque el problema no es el caso aislado, es que esto es LA NORMA, nos pasa todas las malditas noches que salimos a la calle. Cada experiencia nueva es una gota más que hace que esa chica, todas las chicas, nos lo pensemos dos veces antes de salir de casa. Si eres psicólogo como dices, te recomiendo leer algo de feminismo, le harás un gran favor a las mujeres que pasen por tu consulta.
Totalmente de acuerdo, compañera.
Además de tener que aguantar que violen nuestra tranquilidad, encima tenemos que soportar que nos digan como tenemos que reaccionar y como tenemos que comportarnos con cosas que nos afectan a NOSOTRAS. Que no nos gusta que nos chisten por la calle? Nos jodemos, porque el heteromachote a decidido que su heteropolla es más importante que como se sienta una persona. Luego te llaman exagerada y así lo arreglan, te acaban de dejar como la mala mientras ellos se limpian las manos y se legitiman en el hecho de que les importamos una soberana mierda y que como nos sintamos, como pensemos, como seamos, les importa un bledo mientras tengan un coño calentito y que no proteste mucho donde meter el churro.
Claro, para qué vamos a hacer caso de lo que están diciendo las mujeres. Qué van a saber ellas sobre lo que es ser mujer. Si es que son unas exageradas por decir que esto es acoso.
PD; Nos has visto a nadie decir que qué romántico? Claro, porque esto también lo dice una mujer y sistemáticamente ponéis en duda todo lo que decimos porque sí, porque así podéis mantener vuestros privilegios con la tranquilidad de que las gilipollas somos nosotras, no tú. Tú no haces nada mal. Pues mira, date una vuelta por los artículos de Facebook de las noticias, publicados en los mismos periódicos. Ayer había como 60 mensajes, y tristemente solo unos pocos denunciaban el acoso. El resto? Halaaaa, qué exageradas (insultosinsultosinsultos).
Te digo lo mismo que al otro. Deja de mirarte tu heteropolla, que las que vivimos en un cuerpo de mujer somos nosotras, las afectadas somos nosotras. Digo yo que algo tendremos que decir al respecto sobre algo que nos afecta A NOSOTRAS, no?