Jueves – 9/04/2020
Me asomo a la ventana y veo que llueve. Un hombre camina a paso lento bajo la lluvia. Por un segundo tengo esa rara sensación, como de déjà vu, y siento que es una noche cualquiera, que no hay cuarentena, que el señor que pasea lo hace como cualquier otro, que mañana iré a entrenar y que ahora mismo podría bajar a la calle si quisiera e ir a cenar con mis abuelos.
Si no fuera porque esta tarde A., M., y yo hemos hecho una videollamada.
Si no fuera porque después de cenar he cogido unas uvas y he pensado si debería lavarlas de alguna forma especial.
Si no fuera por la leve tristeza y por las terribles ganas de tantas cosas que me rugen en las tripas.
Si no fuera porque esta misma tarde el Congreso ha validado la prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril.
Si no fuera por esas cosas… desde luego que podría ser una noche cualquiera.
Más de Una ventana propia para el fin del mundo