Lo esencial

Viernes – 10/04/2020

Hago infusión de limón y jengibre, es fácil, se conserva bien y se puede beber fría y caliente. Para comer cojo un bote de lentejas con verduras que nos trajeron del pedido de la huerta y un poco de arroz blanco que hice anoche. Meriendo unas almendras. En Instagram veo que mucha gente está haciendo torrijas, bizcochos, galletas… le pido a una chica la receta de unas que tienen especial buena pinta, pero aún no las hecho. Justo en el momento en el que escribo estas líneas un amigo pasa por un grupo la foto de unos muffins recién hechos. Me gustaría tener ganas de cocinar algo elaborado, pero no las tengo. Y si soy completamente sincera, no me genera ningún tipo de pesar no tenerlas. Pienso que últimamente mi existencia está siendo bastante austera, en el comer y en todo lo demás. Pero no me apetece que sea de ninguna otra forma. Es como si de repente solo tuviera importancia lo esencial. Supongo que lo esencial es lo único que tiene importancia siempre, pero solemos disfrazarlo, lo llenamos de artificios hasta que lo esencial resulta casi imposible de identificar. Por la tarde echo la esterilla al suelo y hago yoga sin ningún tipo de pauta, dejándome guiar por lo que me pide el cuerpo, hasta que empiezo a escuchar los aplausos. Y luego escribo, también sin ninguna pauta, mientras escucho música y afuera empieza a oscurecer.

Más de Una ventana propia para el fin del mundo

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