Bribona

Explorar la escritura sin esperar nada de ella.

Ha pasado junio y ya mediados de julio, ¿cómo puede ser? Aún esforzándome el tiempo sigue pasándome por encima implacable. Si me despisto, se aprovecha. Es un bribón. Bribón, qué palabra tan bonita. ¡Bribón! La pienso varias veces en la cabeza: bribón, bribón, bribón… y ya no significa nada. ¿Biberón? ¿Borbón? Mezclum. Como la ensalada esa de bolsa del súper que ya viene lavada y admito que la compro y me gusta porque es cómoda y lo sé, lo siento, soy un monstruo.

Escribo y me río por lo absurdo de lo escrito. ¿Hace cuánto que no me reía escribiendo? ¿Alguna vez lo he hecho?

Sí, estoy segura de que sí, pero no me acuerdo de cuándo. La escritura como un juego, ¿cuándo lo olvidé? ¿Acaso lo supe? Puede que alguna parte de mí sí… pero no, no era verdaderamente consciente de que escribir puede ser jugar, me he tomado la escritura como un ejercicio de seriedad, algo solemne, le pido algo, siempre: me siento a escribir y le pido algo, ¡algo bueno! ¡algo que cambie el mundo! ¿DÓNDE ESTÁ EL LIBRO PUBLICADO? ¡ERES UN FRAUDE! Stop. Respiro, muevo el cuello que sigue algo tenso… y sigo escribiendo. Por cierto, eso,

el cuello, cuántos días he maldecido a mi cuerpo por hablar tan alto, si no quiero gestionar algo, si voy a hacer algo que en realidad no quiero hacer mi cuerpo se impone y responde en forma de contractura, es como si dijera: ¿no haces caso? Pues te impido hacerlo inmovilizándote, ¡ja! Lo odio por eso, siempre tan irónico, tan oportuno, tan… Odio mi cuerpo. Lo pienso mejor, se me dibuja una mueca en la cara y tengo la necesidad de matizar:

No es que lo odie… pero a veces me molesta, sí, eso sí, me molesta ser corpórea, pesada, que me duelan partes, sudar. Quiero un cuerpo ligero, de algún polímero. Busco en google la palabra polímero, la he escrito porque me suena bien y a ligero pero creo que es plástico,

y sí: Los polímeros abarcan tanto a los plásticos sintéticos que todos conocemos…, dice el buscador, y no sé si querría ser de plástico porque no querría contaminar -sí ya sé, pero compro la ensalada esa del súper lavada y envasada, no hace falta que me lo recordéis- y el plástico me remite a no transpirable, a sudor, a calor. Entonces no, no sé, me gustaría ser de algún material moderno que desconozco, uno que sea ligero y transpirable, ¿existe? ¿lo sabéis?

Eso quiero: fuera órganos, todos, hasta el cerebro. Que me instalen un software que pueda reiniciarse, apagarse, actualizarse. Sentir, para qué, no quiero. Renuncio a la poesía, a la escritura, elijo la ligereza de un ser sintético no sintiente. Adiós a la ansiedad, y al miedo, adiós a este corazón pesado. Renunciaría a la humanidad, y qué, está sobrevalorada, nos tenemos sobrevalorados. Sí, eso es, sobrevalorados, como la familia, 

si fuera un ser sintético dejaría de dolerme tanto mi familia.

//Silencio // justo aquí, si leyera en alto, iría un silencio. porque aquí es hacia donde quería dirigir el texto sin saberlo, hacia un tema trascendente, pasar de las risas al drama, un impacto inesperado, se despierta algo en todos, una incomodidad y, como digo, silencio, unos segundos solo, dejo de leer, miro hacia abajo, de nuevo hacia arriba, y entonces sí, el cierre: 

Un momento… ¿Veis ¡Recaí! Ni me di cuenta, ¡volví a ponerme seria! Volvamos atrás… ¿y en femenino cómo sería?

¡Bribona! Bribona, bribona, bribona, bribona, biberona, borbona… 

Y ya no significa nada.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s